A
lo largo de esta entrada, hablaré sobre los recursos TIC que he ido utilizando
desde que comenzó mi contacto con la tecnología, además de las posibilidades
que me ofrecen como filóloga y futura docente.
Las
TIC, desde que aparecieron, se han convertido en algo imprescindible. Ya no
concebimos la vida sin tener un teléfono móvil en la mano, o estar mirando
constantemente las notificaciones de las redes sociales. Por ello, hoy en día,
no conoceremos a nadie sin una cuenta de correo electrónico, ya sea Gmail o Hotmail, sin un Facebook,
o, lo que es más raro, sin una aplicación de WhatsApp. Vivimos en una sociedad cada día más tecnológica, incluso
me atrevería a decir «maquinaria», donde todo parece que tiene solución con el
simple hecho de apretar un botón. El Youtube,
el Twitter, o los Blogs son algo que nos acompañan,
estemos donde estemos, y más si hay Wi-Fi
cerca.
Por
lo que a mí respecta, me considero una persona que necesita el uso constante de
las nuevas tecnologías para sentirse realizada; lo veo algo muy útil para hacer
búsquedas que atañen a mi profesión. Sin embargo, aún recuerdo mis primeros
contactos con el ordenador y los teléfonos móviles. En aquellos tiempos en los
que las computadoras eran un elemento casi inaccesible, solía utilizar los programas
más comunes, como Word, Paint o los famosos PowerPoint. Poco a poco fui adentrándome en el mundo del Internet,
empezando por el famoso Messenger; y,
más tarde, cuando el período de madurez entraba en mi vida, llegó el Facebook, herramienta que, más allá de
utilizarla
como algo lúdico, la uso como un método de información, sumando, por
supuesto, el Twitter y el WhatsApp.
Además,
como filóloga, visito a diario los sitios web
del Instituto Cervantes (www.cervantes.es), la RAE (www.rae.es), o la Cervantes
Virtual (cvc.cervantesvirtual.com), entre otras. El acceder a catálogos,
bibliotecas de autor, o, simplemente, estar al tanto del papel que juega el
castellano en el mundo, son muchas de las ventajas que nos ofrecen estas
páginas; por ello, las considero de gran ayuda y utilidad para aquellos que
vivimos inmersos en el mundo de las letras. Si bien, muchos de esos enlaces los
comparto en mis cuentas de Twitter y Facebook. Del mismo modo, hago un uso
constante de mi Blog, donde publico
reseñas, trabajos o resúmenes de cursos, congresos y coloquios a los que he asistido; lo veo una buena forma de dar opiniones y visiones sabiendo que
pueden llegar a cualquier parte. Por otro lado, el libro electrónico también es
algo que uso con frecuencia, y, en consecuencia, las páginas de descarga de
dichos libros; creo que es una buena manera de cargar con cientos de letras sin
que la espalda se resienta. ¡Quién iba a decir hace unos años que eso fuese
posible!
El
mundo y, por tanto la sociedad, va evolucionando a pasos agigantados, y más en
lo que a Tecnologías de la Información y la Comunicación se refiere. Nosotros,
como miembros de ella, debemos adaptarnos a los tiempos que corren, viéndolo
siempre como algo que puede sernos de gran utilidad como personas, filólogos, e
incluso docentes. Herramientas tan sencillas y fáciles de manejar como los Powerpoint, documentos de Word, o algún vídeo de Youtube, pueden hacer que nuestra labor
como profesores conviva, de una manera más afín, con los tiempos que vivimos,
donde los ‘Me gusta’, ‘Favorito’ y ‘Retuit’ ya forman parte de nosotros. Y, ¿quién
sabe qué nuevas aplicaciones o redes sociales nos quedan todavía por descubrir?
Si somos capaces de comunicarnos de una manera simultánea con alguien que está
al otro lado del mundo mediante aplicaciones como WhatsApp, qué no podremos hacer dentro de algunos años.
Sinceramente
confío y estoy plenamente convencida de que la asignatura de «Investigación,
Innovación y uso de TIC» me ayudará a encontrar en todo momento el mejor uso
de las tecnologías para tener el máximo aprovechamiento de las mimas en
diferentes ámbitos de la vida. Y eso